viernes, 8 de enero de 2010

Ficcion real

"When the music's over

Turn out the lights"

La miré con cara atónita. No sé, no recuerdo...

No tomé conciencia sobre la cara que puse cuando me dijo esas punzantes palabras. Dolor, eso era lo único que percibía mi cuerpo. Como hacía "crack" en un segundo, como se desplomaban uno a uno mis sentidos, como todo era cristal y se resquebrajaba para, finalmente, crujir y desaparecer. Todo en segundos.

Fotografié en mi mente la última vista de cariño que me brindó. Pero para mala fortuna, en ese momento el revelado no lo encontraba. Al parecer el archivo de fotos iba rumbo a una hoguera cerebral. Que pena, queria recordar con gusto una vez más.

Su mirada se enterneció por un instante. Desafortunadamente lo capté. Mis ojos se habían entristecido, se habían hinchado, o que sé yo. Trató de alzar su mano para darme una última caricia, pero bajé el rostro para no dar pena. Eso era lo último que quería que viera en mi. Mi ser derrotado.

-¿Asi que este el final no?

-No quiero hacerte daño, pero en serio comprende: No.

Nunca una palabra me fue tan desatenta a lo que pensaba. De hecho nunca lo fue. Pero aquella vez, esa silaba retumbó en mi mente y el eco no cesaba.

Tomé mis cosas que estaban al costado. Agaché mi cabeza aún más. No podía sonreir, ni siquiera hipócritamente, pues toda "alegría" estaba ausente en mi mente.

Dije "adios" en un murmullo casi inaudible. No estoy seguro si lo escuchó, creo que sí. No intentó detenerme, aunque hubiese sido un daño más si lo lograba.

Mientras perdía mi ser en algún lugar, un pequeño estribillo se coló en mis orejas:

"Hoy he salido con los zapatos de domingo
y llueve en toda la ciudad,
hoy he salido y es viernes,
nadando llegaré hasta el fondo de algún bar."

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