sábado, 26 de octubre de 2013

Patrones.

'Estoy acostumbrado' dije en mis adentros.

Recuerdo llegar a la fiesta, no estaba muy animado, pero iban a ir todos, quería divertirme. Disfrutar una noche, sabiendo que por ahí andabas también, divirtiéndote seguro. Grande fue mi sorpresa, ahí tú presionando contra un pilar a un desconocido para mi. Estabas sonriente, radiante. Yo meditaba si tomar un chilcano que había encontrado en una mesa, que nadie reclamaba, que todos daban por otro que no reclamaba. Al rato salieron juntos, y yo, como un cuadro oscuro colgado en la pared, fui obviado por tu mirada. Estoy acostumbrado a esto, pensé. Reí, pretendí no haber visto eso y sequé el vaso abandonado.


Ha pasado el tiempo y la figura se repite. Ya no me obvias al menos, y te detienes a saludar, pero las prioridades se marcan con las acciones, y yo sigo te sigo mirando distante y tú sigues de lado en lado, de la mano, con un summer boy. Andas radiante conmigo, o eso creo. La vida es así, a pesar de los chocolates que te gustan y las noches en vela en medio de música que adoro sacar para ti. 


viernes, 25 de octubre de 2013

Guiño

Eran las 12 o más de la mañana. Una noche tranquila, entre títeres, teatro, música y risas espontáneas. Una laptop, millones de vídeos por ver, siempre con críticas interesantes por parte de los dos. Era un buen rato que se sabía, acabaría tarde o temprano. 'A quién engaño', se dijo en un susurro inaudible desde el sofá. Ella servía el helado que le había prometido al llegar, no importaba que estuviera un poco mal de la garganta, era cuestión de hacer más y más tiempo para poder conversar más y más con ella. Buenos tiempos, buenos ellos.

Al salir, ese aire nostálgico envuelto en una mirada, un silencio. Adivinó su mirada en algunas de esas ventanas, con luz detrás. Ella preguntó qué sucedía, riéndose de su sonrisa casual. '¿Qué no pasaba?' se dijo para sus adentros. Pero algo es cierto, ya no tengo 20, y cada día es una nueva aventura. Su Caribe se asomaba en un recuerdo de noche entre bailes y oscuridad. Sí, ya no tengo 20 y varias personas también existen, no solo yo. El buen humor no se le bajó, había coleccionado un buen rato, bonito la verdad. Y aunque se acordó de ella saliendo con otro, al menos había creído por un segundo que la noche sería gentil esta vez y le dejaría dormir, entre buenos libros y sin pastillas.

viernes, 18 de octubre de 2013

Todo

"¿Para qué escribes? Si a nadie le importa lo que haces con unas cuantas letras"


No lo sé, solo tengo la esperanza que esas alucinaciones (que por cierto se han ido incrementando con el pasar del tiempo) tengan algún sentido al final del camino. Tengo la esperanza de que esa persona a la que escribo lo lea y entienda todo esto, que mal que bien, me sucede a diario. Yo no soy bueno en gramática, y el vocabulario muchas veces me resulta insuficiente hasta en casos cotidianos. A veces escribo con un grito ahogado en la garganta, de esos que solo los escucho yo. Vivir en calma nunca ha sido lo mio, y lamentablemente puede ser algo heroico como destructivo. ¿Para qué caminar mirando a las estrellas si nunca vendrán a ti? Esa es la misma pregunta que te haría cuando me cuestionas esto de escribir. No llegaré a ser grande, lo reconozco, pero al menos podré decir que aprecié el mundo desde otra perspectiva y que estas letras entremezcladas dieron un sentido, aunque sea vano, de lo que viví. Odio mi fragilidad, odio ser tan voluble ante las personas que considero cercanas (y las que consideré también), odio mis decisiones apresuradas y egoístas. Odio, odio todo eso, pero con esto nací, y al igual que escribir, debe haber una manera bizarra de sacarle provecho a toda la basura da vueltas en mi cabeza y no hace más que aniquilar lo poco de prudencia que me queda. Por eso, si me vuelves a preguntar, no te responderé con la soberbia de quien se cree artista o famoso, solo te diré que es una de las pocas formas que he descubierto para poder aligerar la carga de vivir.

Vivir es difícil, pero al menos así esta agonía tendrá un sentido en medio del caos.

jueves, 17 de octubre de 2013

Esa Luna

Acá el tiempo pasa lento. En un cuarto, con 6 guitarras diferentes, ensambles al lado y una orquesta sinfónica a 20 metros de estas cuatro paredes. Quisiera contarle a alguien todo lo que veo, y que me devuelva, en un gesto de caricia, palabras delicadas que arrullen toda esta carrera. El tiempo sigue pasando lento, sigue. Un piano suena a lo lejos, lo acompaña una voz suave. Recuerdo entonces, esas tardes de sofá, con películas y comida de por medio. ¿Les comenté que mi única guitarra que no me acompaña tiene su nombre preferido? Es un recordatorio que las cosas pasan volando, que las cosas se tienen que liberar, que se tienen que soportar, pero también quedan dentro de uno.

Otra vez, la noche se asoma con su guiño de atrevimiento. Yo sigo acá, pretendiendo que con más guitarras me escucharás en algún lado, estés donde estés. Porque una vez me dijeron que la música nunca se calla, siempre está ahí, se escabulle entre silencios y te sorprende de golpe.

¿Te toco un buen blues? No será algo que todos escuchen, y prometo que le impregnaré toda esa esencia desgastada que aún corroe mi piel,

martes, 15 de octubre de 2013

Ficción y fugas

Hoy día te vi

Estabas vestida para ir al trabajo, bueno, regresar luego de una jornada seguramente agotadora. Siempre supiste mezclar bien tu ropa.

Eran, qué, ¿las 10 de la noche? y estabas con tu mejor amiga hablando de sabe Dios qué. Yo pasé solo mirando al frente, fue un impulso que apenas controlé. Tenía miedo.

El paradero estaba sombrío, y debí intuir mejor la situación. Es curioso como cambia el tiempo. Pensé "esta puede ser una situación para que me saludes por mi cumpleaños", pues cuando soplé las dichosas velitas (imaginarias por cierto) no estabas ni cerca, ni el celular timbró (por ninguna llamada ña verdad).

¿Qué le voy a hacer? Cómo me dije unos días antes, solo paso el rato en estos lares, y esa es mi manera de ahora vivir.

O al menos es creí.

 

sábado, 5 de octubre de 2013

Permiso

Extraño los milagros que me contaba
cómo los contaba
lo que me contaba

Sus labios, suaves en palabras
exactos en cariño

A veces paro en la acera
y con un silencio culpable
vuelvo a mirar atrás
como si otro milagro sucediera

El mundo que creaste
sigue acá
escondido
en una bola de cristal