Me gustan las madrugadas porque respiro tranquilo en medio del bullicioso urbano,
metrópolis incansable
incluso durante el caos
no dejas cantar a las aves
de las 5 y 30.
Los perros (y algunos gallos) en cambio
puntuales con sus onomatopeyas
La vida con humanos
es una constante
como las mascarillas
hoy
Por otro lado, en silencio extraño tu enigma, tu energía. Como tantas almas que partieron, la tuya se fue aunque algunos planos compartimos. Aunque después de esto, si es que hay un después... El día pasó rápido, debo acostarme y comenzar de nuevo, con el Sol.
Los días de invierno significaron para mi titiritantes salidas, donde el corazon procuraba envolverlo en calor, además de telas. Hoy extraño abrazarte.
pesan las palabras
Pesan las palabras en el ático
¿o era la azotea?
.
.
Ven
Ven y sube
me entenderás con el tiempo
.
.
Si te vas
y está bien irse
apaga la luz
Hoy saturé la ganancia en el DAW (Digital Audio Workstation) mientras exploraba las posibilidades del sonido, buscando abrir portales como cuando éramos niños. El "Arte es Ciencia" leí en el juego que devoré ayer, por segunda vez ¿o tercera?. ¿De qué vale el método científico sí hoy solo leen fake news? Las mentiras van superándose a cada día que pasa, "miente, miente, que algo queda". La saturación como distorsión.
Mientras veo el fin del mundo desde el tragaluz, surgen nuevos colores alrededor de mi cuerpo (y en él). No encuentro explicación a esta soledad coloreada por un halo brillante que consume mi piel y mi ropa. Cada momento que pasa significa una transformación de formas, colores, como desintegrándome sin retorno. Mientras tanto, en el cielo todo parece inmóvil, impasible.
Las aves cantan a las 5:30 de la mañana si los autos no se despiertan antes. Los gritos de los vecinos se escuchan a diferentes volúmenes mientras la muerte ronda por las calles. Una escena cotidiana. Después de todo, no hemos cambiado. ¿y si cambiamos?
La
súbita transformación de la realidad está agudizando las crisis
invisibilizadas. Como lo anterior, tantos pensamientos se pueden
escribir alrededor de esta ola de incertidumbre y tragedia que va
dominando paso a paso al mundo, con la obligación de adaptarnos a
lo que sea que pueda resultar de todo esto, sobre la marcha.
Las
preguntas persisten, ¿adónde vamos a parar? ¿quienes seguirán su camino
en otra dimensión que no sea la nuestra? ¿cómo llegaremos a lo que viene después? Aunque en estas circunstancias lo esencial es cotidiano: donde dormir, qué comer, cómo mantenerse en forma y cómo
seguir el ritmo de esta sociedad que está cayendo en ua espiral de
desesperación.
Surgen las dudas
tiemblan las piernas
mucho trabajo
nos espera hoy
Mi deseo es
tenernos con salud hoy.
Fuerza, Corazón
-o-
Muliza de Cerro de Pasco, Perú.
Cuando me vaya, cuando me ausente, Tendrás presente de no llorar. Cuando me vaya, cuando me ausente, Tendrás presente de no llorar.
Porque tu llanto, sirve de encanto, Capaz de muerto resucitar. Porque tu llanto, sirve de encanto, Capaz de muerto resucitar.
Si por mi tumba pasas un día, De mi agonía te acordarás. Si por mi tumba pasas un día, De mi agonía te acordarás.
Solo te encargo vidita mía, No hay que sufrir, no hay que llorar. No hay que sufrir, no hay que llorar.
Súbitamente (hace 26 días) se decretó el "aislamiento social obligatorio". La problemática que originó esta decisión ya estaba dando qué hablar en otros rincones, yo seguí en la medida que pude las noticias alrededor de esta enfermedad que ha inundado de un miedo inconfesable a muchos gobernantes. Me pregunto (sin esperar respuestas inmediatas) ¿cuánto más durará esta medida? ¿Qué será de diferente en esta ciudad (de metal, concreto, melancolía y 'progreso') cuando se retome lo cotidiano? ¿Qué no volverá?
Todos estamos en el mismo bote, ¿podremos despertar y vernos a los ojos cuando nos cruzamos? El individualismo es engañoso cuando se trata sin empatía, en ocasiones es un disfraz de la indiferencia.
-o-
Yo extrañaré
El cariño al mirar
Siempre lo hice
-o-
Hace unos meses atrás, quizás un año,
disfrutaba con amigos dándoles mi amor o lo que puedo dar de él. Con el
tiempo me di cuenta que mi forma de amar siginifica un riesgo para mi.
Por mucho que uno pueda sentir, el autocuidado es vital. En esta ciudad violenta, amar bien es privilegio de algunos.
Hace unos días, quizás un mes, le escribí a alguien que me marcó. No he recibido respuesta. En estos tiempos de reflexión y de crisis, los verdaderos rostros surgen y las necesidades demandan. Yo sigo aprendiendo de lo que pueda ofrecer el tiempo.