Me gustan las madrugadas porque
respiro tranquilo en medio del
bullicioso urbano,
metrópolis incansable
incluso durante el caos
no dejas cantar a las aves
de las 5 y 30.
Los perros (y algunos gallos) en cambio
puntuales con sus onomatopeyas
La vida con humanos
es una constante
como las mascarillas
hoy
Por otro lado, en silencio extraño tu enigma, tu energía. Como tantas almas que partieron, la tuya se fue aunque algunos planos compartimos. Aunque después de esto, si es que hay un después... El día pasó rápido, debo acostarme y comenzar de nuevo, con el Sol.
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