martes, 2 de febrero de 2010

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Súbitamente, hubo un abrazo en ese cuarto, como si estuviéramos en un aeropuerto, como si se fuera de viaje uno de ellos. El contacto que tuvieron sus torsos, no duró mucho. Y tampoco el sentimiento de tranquilidad que merodeó. Ella se alejó, abrió la puerta de la cocina, corrió. Fue instante eterno para Pablo. El cuerpo de Laura estaba flotando en el aire, al frente de su ventana, al costado izquierdo de su sofá, con las gotas invadiendo de a pocos su sala y a la vez, empujándola hacia abajo, hacia el pavimento empapado, a unos 4 pisos de distancia.

1 comentario:

  1. Me sorprende un poco que, luego de leerlo repetidas veces, la interpretación que le di variara y de ningún modo vuelva a ser la misma que la inicial.
    Me agrada la escena descrita y no es porque encuentre mi nombre en alguna de las líneas.
    Saludos J -

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