¿Cuántas veces se cree uno fuerte?, preguntó con aspereza el bufón. ¿Cuántas veces uno se traicionará por creer que es más que otro?
El silencio retumbaba las paredes con su aparente docilidad. La bondad cayó fuera de casa, como un aterrizaje fallido. ¿Las vísceras crujen cuando sufres?
Entre parloteos sin sentido, un poco de verdad se asoma, me dijo el viejo de la acera, fumando su decimoquinto cigarrillo de la medianoche. La luna apuntaba a sus pupilas reventadas, creí ver una colilla atascada en su cerebro. Las lágrimas salieron a borbotones cuando me alejé. Una nueva lluvia se avecinaba
Y cuando uno realiza el balance
¿Se juega su vida al eterno retorno
o cree que los hechos son lineales?
Sólo querría esconderme y escapar
de este infierno cerebral
Yo sólo quiero descansar
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