domingo, 14 de abril de 2013

Solo un rato

Caminaba mirando cada esquina, como si fueras a voltear una esquina y nos encontráramos. De más está decir que jamás ocurre, no importa cuantas esquinas gire y mire la larga vereda que anuncia la siguiente esperanza. Allá, en el azul del cielo, siguen cayendo gotas sobre las nubes. Surge una pregunta en mi, sin quererlo. ¿En cuál de todas las gotas te escondes?

Durante las tardes rojas, mientras practico con obsesión la guitarra que me regalaron, me imagino mostrándote lo nuevo que aprendí, lo que no me gustó, lo que me cuesta y lo que domino. Acto seguido, dejo de tocar y me abalanzo sobre tu risa y la contagio con la mia. ¿A quién escuchas ahora?

Pathetique, me digo a mi mismo. El tono sombrío no se va de mi rostro, así como tus ojos que me siguen persiguiendo desde entonces. Seguro que antes de dormir el reloj se detendrá y podré escabullirme entre tus sábanas, con suerte. 

Dormiré un rato a ciegas, creyendo que lo único que nos separa es el aire que respiramos y la ingenuidad de nuestros destinos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario