domingo, 1 de enero de 2012

Ánimos

En la escalera en espiral, muchos sueños vuelven a su intriga, júbilo, pasión y alegría. Regreso de ese cuento festivo y entusiasmado, las horas marcan la pauta de las manijas y mis pasos, el rumbo. La voz que suelta fantasías entre sílabas acude al humor ligero, a la sonrisa y sus innumerables derivados. No conoce de contratiempos al expresarse, las chispas de su arte inundan el recinto que carece de su presencia; aún así no hay duda que está ahí, escondida y risueña, con alguna estrella iluminando su coronilla.

Allá van, los buenos deseos, los anhelos, el coraje. Se pierden en esa noche de sentimientos cruzados, pero que a una sola voz gritan "¡cambio!". Mientras el aire danza, la tierra se cobija para dar más vida, el agua arrulla ánimos y la flama aumenta su calor. Nadie se percata de esto mientras se celebra, el cielo contará después los secretos que más valen. Todos quieren seguir bailando, como yo.

Era tan grande su regocijo que se distinguía a kilómetros, sin la necesidad de ceñir la vista. Mi cariño brinca, su atracción repite el verbo. En su enigmática pero sencilla esencia abriga mi recuerdo y, al igual que yo, sé que sus letras contarán con mi apoyo, por si alguna vez tambalean.



Próxima estación
mucho más allá del sol

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