domingo, 18 de septiembre de 2011

Piscolabis.

Entré al cuarto, corría mucho viento por la puerta cerrada y la luz, que no alcanzaba a atravesarla, se extingue a unos pocos metros de distancia; sin embargo, tus ojos brillaban a su manera, peculiares y cariñosos. ¡Tú tocas con la mirada!

Historias para cada uno, mutuas en conversaciones y bromas en futuro. Escucho de tu boca salir relatos, y las imágenes que expulsas acaparan mi imaginación: eso sí, tus labios siguen ahí con un sello de agua para no olvidármelos.

Lo que tengo, para cuando nos veamos, son vivencias para compartir. Así, a la hora de la merienda, extenderemos un gran mantel sobre la mesa para comer nuestras bombas y reir, mientras tomamos sorbos de relatos gemelos y ajenos a la vez. Frutas y galletas, para añejar un poco los recuerdos evocados y húmedos por el presente, junto a un buen desayuno para despertar sin pereza en el aletargado amanecer...

Pero por ahora sólo escucharé esta canción que (también) comparto.



And I know is up to me
to make them fall apart
[so I won't break your heart]

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