sábado, 23 de abril de 2011

Fuego.

Él despertó de su pesadilla, todos lo observaban con temor y asombro, sus gritos aún retumbaban en el silencio aparente de la habitación. Él lloró aún más. Comprendió que el mundo onírico, ahora atrás de su cabellera, no tenía punto de retorno. Hasta los sueños horrendos intentan consolar a los perturbados.

Su llanto fue confundido con risa. Nadie poseía rayos X en la filigrana de papel de su cerebro. En su percepción recalcinada, de carbón, resaltaban las múltiples fracturas de su ego.

"Pasión que consume, pasión que es como una constructora. Destruye para volver a edificar, aunque el terreno sea cenizas de nuestra sangre"



My heart is sinking too

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