miércoles, 26 de junio de 2013

Meditar a solas.

Llega un día sin música, el vaso vacío juega con los ecos de su interior. Otra vez deambulo sin razón entre las hojas que debo quemar para tener más espacio en este cuarto. La locura, el error, una botella de whisky se ve tentadora. Quiero desintegrarme en él, solo un segundo. Aparece el bufón y se ríe de mi, de mis desgracias, como si quisiera animarme.

Un lagarto se acerca:

- Y tú, ¿Dónde dejaste tu felicidad?

- Se escapó cuando la solté, me di cuenta muy tarde de lo que había sucedido, de lo que había perdido. No me recuerdes más errores, no los voy a olvidar.

Sigo mi caminata sin rumbo, como esperando encontrarme otra vez. Con la esperanza en la suela de los zapatos, así quizás se vaya alejando de mi y solo forme parte de lo que alguna vez fui.

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