He desarrollado una aversión hacia las fotos que retraten personas, fotos que no puedo evitar ver y olvidar en cuestión de segundos. Claro que todo tiene su historia y qué mejor si se trata de una evidente contradicción: Alguien que le gusta crear mundos paralelos y, a su vez, detesta la percepción de realidades ajenas a las suya, sobretodo si se trata de una máquina.
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